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Editorial (Noviembre, 2021)
¿Desea abrir una sucursal del Estudio en la realidad virtual del metaverso?
Citar: elDial.com - CC72C1
Copyright 2024 - elDial.com - editorial albrematica - Tucumán 1440 (1050) - Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Argentina
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Editorial
(Noviembre, 2021)
¿Desea
abrir una sucursal del Estudio
en la realidad virtual del metaverso?
Por
Horacio R. Granero
El
metaverso es una definición que engloba a las
interacciones
sociales en un mundo virtual, una nueva forma de interactuar con la
tecnología
más allá de las pantallas, lo
que no deja de ser alucinante, si bien el nombre
en castellano –más aún en lenguaje argentino contemporáneo…– suena
bastante
peyorativo…
Recientemente
vi la
presentación de Mark Zuckerberg
sobre el futuro que vislumbra de
Facebook (ahora llamada Meta) dentro de este metaverso,
que pretende
crear, un mundo virtual siempre activo en el que las personas puedan
vivir,
trabajar, jugar y socializar con otros, en cualquier parte del mundo. “Inmersión
de todo el día en el ciber espacio”, para usar sus
palabras...
No
es el primer intento de un mundo virtual en línea, cuando ya
conocimos en su momento Second Life, y en aquella oportunidad un
estudio
jurídico europeo, Fieldfisher se convirtió en el primer bufete de
abogados en
abrir una oficina virtual en esa plataforma, en 2007.
¿No
puede ahora con el “metaverso” ocurrir lo mismo? Me pregunté si mi
reacción, bastante negativa en un principio, no fue similar a la de
quien veía
con pesimismo a finales del siglo XIX el fin de los carros tirados por
caballo.
No debemos olvidar que muchos de los actuales abogados pertenecen a la
denominada Generación Z, que han nacido a partir de 1995, o sea
generaciones
que han crecido en los albores de la sociedad digital. Con respecto a
sus
hábitos y usos concretos, se diferencian en su percepción del entorno y
en
matices sobre su visión del futuro. En particular, en lo que se refiere
a
ciertos valores y su relación con el trabajo debido, principalmente, a
la
diferencia del contexto socioeconómico en el que se han criado una y
otra más
que al entorno tecnológico. Más que una generación cuya identidad se
define por
la edad, está enmarcada en lo que probablemente es el cambio más
importante: la
llegada de Internet y la digitalización que ha trasformado
irreversiblemente la
forma en la que se comunican y relacionan. La confluencia de Internet y
el auge
de los teléfonos inteligentes están siendo de tal calado, que han
transformado
el mundo tal y como lo conocíamos, influyendo por tanto en la identidad
de las
nuevas generaciones.
La
forma en la que esta generación se relaciona, se forma e informa no
puede entenderse sin la irrupción y combinación de estas tecnologías.
Lo que
les une, y seguramente lo que ha constituido la base principal de su
comportamiento, permitiendo establecer conexiones entre sectores y
procedencias
diversas, es la importancia que adquiere la tecnología en sus vidas. Es
una
generación que ha nacido digital, que se ha educado en un entorno
tecnológico
con capacidad de adoptar nuevas tecnologías que en pocos años serán
utilizadas
de manera masiva por el resto de la sociedad, y se puede afirmar que se
ha
convertido en la primera cultura global, favorecida por la
digitalización y que
a pesar de ciertas peculiaridades regionales o sociales es la más
homogénea de
la era moderna.
¿Cabe
entonces preguntarse cómo se informan los jóvenes pertenecientes a
la Generación Z, a qué recursos acceden, cómo está cambiando su forma
de
aprender? Recordemos que las herramientas digitales, ya forman parte de
su
idiosincrasia, son terminales de sus sentidos, no se entiende su vida
sin la
tecnología: han nacido rodeados de artefactos, los cuales simbolizan y
aglutinan muchos impactos en el campo de la educación. No les gustan
las clases
magistrales, que el profesorado muestre prepotencia en conocimientos,
inflexibilidad
y falta de empatía. Prefieren que la formación sea experimental,
práctica, que
use innovaciones y trabajos en grupo, interactividad presencial y
digital. La
metodología tradicional abunda, con libros en papel, apuntes y
procedimientos
reproducidos desde hace muchos años. No obstante, cada vez más el
cambio se
introduce en las aulas, fruto de otras prospectivas educativas y
adaptación a
las nuevas realidades: aprendizaje significativo, educación
personalizada,
trabajo cooperativo, aprender haciendo, enseñanza competencial, métodos
más
activos con el alumnado como centro de atención. Entenderlos es
el mejor
punto de partida para educarla. Su enorme potencial exige comprensión,
flexibilidad, innovación y participación, dentro de una sociedad del
conocimiento
que ha de orientarse también hacia un humanismo tecnológico.
Esta
generación, al ser nativos digitales que creció con
la
tecnología como centro de sus vidas desde sus primeros recuerdos,
espera que en
el futuro de su trabajo en Estudios se les brinden todas esas
herramientas
tecnológicas, que para ellos forman parte de su vida y que les ahorran
tiempo
de espera, trámites inútiles y trabajo automático y no se conforman con
lo que
para ellos es evidente y no aceptarán es vivir en un pasado del que
ellos nunca
han formado parte, que ni conocen ni se plantearían conocer nunca jamás
y por
eso valora la optimización de posibilidades en herramientas de búsqueda
de
información jurídica, siendo una de las cuestiones más valoradas la
visualización simultánea de resultados, y por eso pueden ser de una
extraordinaria ayuda para los que proponen sistemas que ellos van a
utilizar y,
por ello, necesitan encontrar las herramientas de trabajo necesarias
para
desarrollar todo su potencial.
Cabe
preguntarnos cómo el "estado de derecho" del mundo real
interactuará con el del metaverso. Lo cierto es que, las transacciones
reales
tienen lugar hoy día en plataformas, las disputas, destinadas a ser
resueltas
hoy se tratan en tribunales virtuales, si bien todavía a veces se
extienden a
los tribunales de la vida real. Desde el confinamiento por el Covid-19,
todos
nos hemos acostumbrado a trabajar de forma remota, colaborando en la
medida de
lo posible (pero no tan bien como nos gustaría) a través de
videoconferencias y
otras herramientas colaborativas. Las reuniones habilitadas por la
realidad
virtual (VR) o la realidad aumentada (AR) o una mezcla de estas
(realidad
mixta) podrían llevar lo que ahora tenemos a un nivel completamente
nuevo. Hace
tan solo tres o cuatro años, los proveedores que ofrecían aplicaciones
de
reuniones habilitadas para realidad virtual se limitaban a avatares que
se
parecían a personas torpes, cada uno etiquetado con el nombre de la
persona que
se pretendía representar. Los avatares de hoy en día se están volviendo
mucho
más realistas, con rasgos faciales convincentes y ropa realista.
Demuestran
emoción. Pueden hablar varios idiomas. Los espacios para reuniones se
pueden
adaptar a casi cualquier preferencia. Una sala de juntas bien marcada
es una
alternativa, por supuesto, pero ¿por qué no un claro de bosque, una
playa en
las Bahamas o el espacio exterior tal vez?
Por
su parte, bajo el nombre de Mesh, Microsoft Teams busca construir
también un espacio que brinde más opciones de interacciones en las
reuniones
virtuales, más allá de las conocidas video llamadas y los encuentros
online
como lo anunciara su CIO, Satya Natyela a comienzos de noviembre. Con
avatares
3D y espacios virtuales tridimensionales, la compañía busca reducir la
fatiga
que generan esta modalidad de reuniones grupales remotas. Bajo esta
propuesta,
Microsoft Teams sumará avatares tridimensionales, un primer paso con la
mira
puesta en un entorno al estilo metaverso. En este caso, Mesh no
necesitará que
los usuarios utilicen un visor de realidad virtual, ya que estas
representaciones animadas en 2D o 3D funcionarán como un recurso de
reemplazo
para aquellas personas que no desean encender su cámara web.
Muchos
de los atributos cruciales de las interacciones de la vida real,
que echamos de menos con las tecnologías de colaboración remota
convencionales
actuales, se están cumpliendo e incluso superando a medida que se
dispone de
nuevas capacidades y mejoran los anchos de banda.
¿Cómo
afectará todo esto a los abogados, a nuestros lugares de trabajo,
cómo interactuamos con los clientes? ¿Cómo cambiará esto el negocio de
nuestros
clientes y, por lo tanto, las necesidades legales, la propuesta de
valor al cliente
que debemos ofrecer para satisfacer esas necesidades?
Ciertamente
sería peligroso subestimar el impacto de las tecnologías
emergentes de hoy. Lo que está claro es que el metaverso tal como está
articulado daría lugar posiblemente a estudios de abogados y servicios
legales,
que son muy diferentes a aquellos con los que hoy estamos
familiarizados y a
los abogados quizás prefiramos instruirnos, a través de cursos en los
que
podremos interactuar a través de nuestros avatares.
El
desafío parece interesante.
Citar: elDial.com - CC72C1
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