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Los retos del Derecho Internacional Público y de la política internacional
Citar: elDial.com - CC7E14
Copyright 2024 - elDial.com - editorial albrematica - Tucumán 1440 (1050) - Ciudad Autónoma de Buenos Aires - Argentina
Texto Completo
Los retos del Derecho
Internacional Público y de la política internacional
Por Juan Antonio Travieso
I.
INTRODUCCIÓN
Hoy es el día del futuro. Del futuro próximo que
tiene ante sí al derecho internacional.
Primero vamos a transitar distintas rutas donde
combinaremos el pasado y el futuro cercano, surcado con desafíos,
problemas,
dudas y certezas. Veremos si es cierto que el camino se hace al andar.
II.
PROBLEMAS ACTUALES. EL DERECHO Y LA POLÍTICA. LOS DESAFÍOS
Ahora vamos a lo que prometimos.
La sociedad se debate entre la libertad
individual, propiedad individual e igualdad formal entre los agentes
económicos.
Esa tríada fundó una nueva época, marcada por la
emancipación de las fuerzas productivas y la expansión del comercio.
La meta central de la distinción era lograr un
sistema jurídico que separara al Derecho
de la Política.
Los códigos civil y comercial ofrecían un
refugio, un sistema “neutral” que preservaba ciertos intereses de las
inestabilidades de la arena política y –sobre todo- de las periódicas
redistribuciones de poder que le son inherentes en un sistema
democrático.
El mercado, el contrato y la propiedad quedaban
así a resguardo de súbitos golpes de timón, de repentinos cambios de
manos. El
derecho privado –pensado para facilitar las transacciones voluntarias y
la
reparación de daños al patrimonio personal-, se convirtió en el espacio
apolítico por antonomasia, casi emancipado del Estado y de la coyuntura.
Esa frontera pasó a estructurar todo el
funcionamiento del Estado y la sociedad civil. De un lado, derecho
constitucional, penal y administrativo. Del otro, contratos, daños y
cosas en
el comercio. De un tercer sector, el derecho internacional fruto de la
interdependencia y soberanía de los estados.
Esos segmentos expresaban lógicas jurídicas que
eran como el agua y el aceite:
La del derecho público cifrada alrededor de la
intervención y el control de las relaciones entre los Estados y los
ciudadanos;
la del derecho privado, como el estatuto de la personalidad, la
propiedad y el pacta sunt servanda.
Pero todo cambió y rápido.
Se trata, al final de cuentas, de otra muralla
que cae.
Cae el derecho internacional clásico. Es casi
como decir que Mozart o Freddie Mercury ya no existen. Es un verdadero
tsunami
jurídico.
El Derecho Internacional ha tenido una
significativa evolución en las últimas décadas, tanto por la
multiplicidad de
temas como por los desarrollos institucionales y normativos que en
distintas
áreas tuvieron lugar.
Todo esto se originó en la necesidad de dar
respuesta a diferentes desafíos.
Algunos autores expresaron su inquietud frente a
la tendencia del Derecho Internacional a compartimentarse, a dividirse
en
distintos regímenes fragmentados y pensaron que era una amenaza para la
calidad
y coherencia.
Lo que sucedió es, por el contrario, que la
presencia de los clásicos se hizo antigua y el mundo cambió.
Recordemos que la Comisión de Derecho
Internacional, órgano subsidiario de la Asamblea General de las
Naciones Unidas
ha incluido la fragmentación del Derecho Internacional entre sus temas
de
estudio.
Aunque parezca una paradoja, no lo es. Mientras
el concepto de Derecho internacional está en crisis, en las relaciones
jurídicas se consolida un veloz proceso de internacionalización, a
todas luces
irreversible, debido a la globalización que experimenta la sociedad.
El fenómeno globalizador ha transformado la
realidad hasta tal punto que ya se está hablando de una tercera ola del
conocimiento mundial.
Se trata de una auténtica revolución tecnológica
que tiene repercusiones ciertas en todos los ámbitos de la
civilización. Y, por
supuesto, en el sistema jurídico y democrático
III. EL
CAMBIO DE PARADIGMAS
Veamos: Una de las más trascendentales
transformaciones experimentadas por el derecho internacional público
durante
las últimas décadas ha sido el cambio de paradigma producido en el
interior del
sistema de solución de controversias.
De esa manera, la expansión y diversificación
del Derecho Internacional con el desarrollo de los regímenes especiales
de
solución de controversias que han sido acompañadas de lo que se ha
denominado
una proliferación de tribunales internacionales. Junto a la Corte
Internacional
de Justicia, órgano judicial principal de las Naciones Unidas, han
surgido
numerosos tribunales especializados, universales, regionales o
particulares
además de la consabida justicia arbitral y los mecanismos cuasi
judiciales de solución
de controversias como los que existen en la Organización Mundial del
Comercio.
Hoy hay un total de cuarenta y tres
instituciones judiciales de naturaleza permanente para solucionar
controversias.
Pero hay otro aspecto para este proceso de
reimaginación. El derecho internacional fragmentado, pero no hecho
añicos,
aparece cada vez más a menudo como aquel que se resiste a ser reducido
a una
mera técnica de gobernanza.
IV.
CONCLUSIONES INCONCLUSAS
Recomiendo primero no dejar de leer y analizar
los trabajos que acompañan esta editorial y luego continuar en este
viaje que
proponemos.
1. Primera
conclusión: La tecnología
Para poder afrontar los cambios que se avecinan,
es preciso analizar la actitud a adoptar con la tecnología protagonista
excluyente de la sociedad.
El mundo se debate dentro de una sociedad en las
que el cambio y la innovación representan un progreso, pero al mismo
tiempo
implica un temor generalizado.
Con las tecnologías del siglo XXI y con la
inteligencia artificial pasa lo mismo: pueden generar una masa enorme
de
personas que no tendrán ningún poder económico ni político, pero si no
nos
gusta estamos a tiempo de ir por otro camino.
Hay una sensación de un tsunami en la sociedad.
El progreso implosiona y genera cambios, mientras que el ser humano
cada vez
requiere más recursos para hacerse cargo de sus deberes y derechos.
Sin embargo, el mundo va a cambiar radicalmente
gracias a los algoritmos, el big
data y la inteligencia artificial,
y
no se dividirá entre ricos y pobres, sino entre aquellos que tuvieron o
no
acceso a la tecnología.
2. Segunda
conclusión: El mundo hoy, el Derecho Internacional y los Derechos
Humanos.
Pero hay algo más, y se refiere al derecho.
Aparece una nueva era histórica de carácter global, en la que el
Derecho
internacional se transforma e incluso, irrumpe en los sistemas
jurídicos
actuales de los Estados nacionales en crisis, por el extraordinario
crecimiento
de los medios de comunicación, avión, satélites, televisión, internet.
Los hechos actuales nos hacen percibir que los
ejes parecerían ser los mismos que en la época de Hobbes,
paradojalmente
ampliados y disminuidos al mismo tiempo. Incluso, cabe preguntarse, si
el mundo
se halla más cerca de Hegel que de Marx, como lo afirman autores de la
talla de
Hobsbawn.
3.
Pronósticos y prospectiva
Siempre en una editorial hay además de un
diagnóstico y descripción, un pronóstico, un ensayo prospectivo dotado
de unas
bases para encarar los problemas. Los juristas no somos augures, aunque
la
práctica de analizar el derecho nos coloca en una especie de torre de
marfil,
dotada de una buena perspectiva.
Quizás la gran innovación podría ser el
aprovechamiento de la ciencia y la tecnología y la innovación con el
fin de
garantizar por lo menos la seguridad alimentaria para 2030.
La clave, consiste en tener en cuenta que un
aspecto no contemplado, es que las nuevas tecnologías también van a
servir de
instrumentos de democratización del poder social.
De esa manera, muchos autores coinciden en
definir a Internet como instrumento de participación democrática, sin
perjuicio
de las posiciones antitéticas.
En la actualidad se impone potenciar las
herramientas del derecho en combinación con la tecnología, la
innovación y el
cambio.
Así, el derecho internacional, la política y los
derechos humanos de mediados del siglo XXI, resultarán la herramienta
adecuada
para asegurar los derechos, las libertades y sus garantías
conjuntamente con la
dignidad y el progreso de las personas e instituciones.
Este es el camino para que los sueños de Kant se
hagan realidad y los desvelos de Kelsen operen sinérgicamente en el
derecho
internacional y la política internacional en el marco de las profecías,
olvidos
y apocalipsis.
El plan, pues, consiste en persuadir en los
cambios a operar en el derecho internacional y la política.
Se trata de un proceso de cambios que ya está en
marcha. En ese transcurso, será preciso que el apocalipsis se
transforme desde
su noción de catástrofe al código binario de paz y tranquilidad; los
olvidos en
memorias activas y las profecías cumplidas, enlacen al derecho
internacional
con la política y los derechos humanos.
Por tanto, estimamos que el objetivo no es
limitarse al voluntarismo del caminante que hace camino al andar. El
camino se
hace innovando, creando, generando sinergia, sin limitarse a un mero
tránsito.
Mis disculpas a Machado, un poeta inmortal.
En la actualidad se impone potenciar las
herramientas del derecho en combinación con la tecnología, la
innovación y el
cambio.
Una última reflexión: Se dice que este mundo
tiene la física de Newton y de Einstein y la moral de Frankestein. Una
expresión compleja pero cercana a la verdad de los hechos hasta que
consolidemos el patriotismo cosmopolita de Kant a pesar de la guerra en
Medio
Oriente y Ucrania.
Allá vamos y desde El Dial los convocamos para
esa tarea.
¡Hasta pronto!
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